El primer ministro de Italia, Mario Draghi, perdió este miércoles los apoyos parlamentarios para gobernar, luego del abandono en el Senado de sus principales aliados de la coalición: Movimiento 5 Estrellas (M5S), Forza Italia y La Liga, decisión que confirma elecciones anticipadas en el país europeo.
Este miércoles se esperaba que Draghi confirmara su dimisión ante el Senado o, por el contrario, que pidiera un nuevo apoyo para agotar la legislatura en su término natural –marzo del 2023– y, tras días de meditarlo, se inclinó por “reconstruir” la coalición.
Draghi había pedido a los legisladores que apoyaran al gobierno de coalición en un esfuerzo por evitar la convocatoria de comicios anticipados, argumentando la necesidad de un nuevo pacto de confianza “sincero y concreto” como el que “nos ha permitido hasta ahora cambiar el país a mejor”.
Asimismo, resaltó que “la movilización de estos días por parte de ciudadanos, asociaciones, territorios, a favor de la continuidad del gobierno no tiene precedentes y es imposible de ignorar”, haciendo alusión a las peticiones recibidas desde la sociedad.
“El único camino, si queremos seguir juntos, es reconstruir desde el comienzo este pacto, con valentía, altruismo y credibilidad. Lo piden sobre todo los italianos”, emplazó Draghi ante el Senado.
Sin embargo, tres partidos de la coalición de Gobierno liderada por Draghi rechazaron participar en un voto de confianza en el Senado, lo que ha conducido de facto al fin del Ejecutivo de unidad nacional. El primer ministro perdió el apoyo de tres importantes partidos: Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi; La Liga, encabezada por el ultraderechista Matteo Salvini, y el Movimiento 5 Estrellas.
La votación del miércoles en el Senado de 315 miembros fue de 95-38 a favor del gobierno de Draghi, luego de que los legisladores abandonaran la votación nominal en masa.
Antes de la votación, representantes del Movimiento 5 Estrellas, Forza Italia y La Liga anunciaron que no pasarían lista.
El ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, dijo en un tuit que los eventos representaban “una página negra para Italia”. Mientras que el ex primer ministro y líder del Partido Demócrata –el único grande de la coalición que respaldó a Draghi –, Enrico Letta, calificó el resultado como una “locura”.
“Nada será igual mañana, en lo que respecta a los partidos políticos”, dijo Matteo Renzi, otro ex primer ministro que dirige un partido centrista que votó por el aún primer ministro.
Tras conocer la decisión de los partidos que hace poco más de un año le dieron su apoyo, Draghi abandonó la Cámara alta. Tras fracasar en su intento de restaurar la macrocoalición de gobierno, se espera que se presente nuevamente ante el presidente italiano, Sergio Mattarella, para confirmar su deseo de dimitir.
Sin embargo, la prensa italiana asegura que la visita al Palacio del Quirinal –residencia oficial del presidente de la república italiana– será hasta este jueves, luego de una nueva votación, ahora en el Parlamento. Será entonces cuando Draghi se pronuncie.
En los medios italianos también se plantea ya la hipótesis de que el todavía primer ministro pueda presentar nuevamente la dimisión al presidente Mattarella, que podría decidir un adelanto electoral, convocando a los italianos a las urnas el 25 de septiembre o el 2 de octubre.
Ante este panorama, el jefe de Estado también podría encargarle buscar otra mayoría parlamentaria para agotar la legislatura u otorgar esa misión a otra figura técnica o política.
El presidente podría ver si los partidos pueden acordar un gobierno limitado y de corta duración por parte de una figura no política, como el actual ministro de Finanzas, para ayudar a garantizar que los legisladores puedan aprobar el presupuesto anual, cuyo primer borrador debe presentarse a mediados de octubre.
En las últimas semanas, Draghi fue bombardeado con ultimátums del líder de Movimiento 5 Estrellas, Giuseppe Conte, su predecesor en el cargo de primer ministro. Al igual que Salvini, los populistas han cuestionado la ayuda militar italiana a Ucrania.
Asimismo, desde que Rusia invadió Ucrania, Draghi ha presionado para reducir la dependencia de Italia del gas ruso, incluida la firma de acuerdos con Argelia, país que visitó esta semana.
La agitación de la coalición llevó a Draghi a presentar su renuncia la semana pasada; sin embargo, Mattarella rechazó la oferta y le pidió al primer ministro que llevara su caso al Parlamento.
En los últimos días, sindicatos, patronales y numerosas asociaciones de diversa índole, incluso la Iglesia católica, se habían pronunciado por la continuidad de Draghi debido a la crisis económica, energética y social que prevalece actualmente en el país.
Por otra parte, la oferta de renuncia de Draghi ha generado inquietud en los mercados financieros, trayendo malos recuerdos de la crisis de deuda de Europa hace una década y complicando el trabajo del Banco Central Europeo, que eleva las tasas de interés por primera vez en 11 años para combatir la inflación récord.